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Tener sesgos es algo bastante normal en el trading, ya que en su mayoría implica tener una inclinación hacia el comportamiento potencial del mercado basada en datos.
Sin embargo, algunos sesgos cognitivos pueden llegar a perjudicar la toma de decisiones, ya que tienden a nublar nuestra capacidad para leer los mercados de forma objetiva y tomar buenas decisiones comerciales.
Entre los sesgos más comunes se incluyen:
- Sesgo de recencia: dar demasiada importancia a los últimos acontecimientos y no ver el panorama general.
- Sesgo de confirmación: prestar más atención solo a los datos que respaldan nuestra opinión actual.
- Sesgo de manada: tendencia a seguir a la mayoría y miedo a alejarse de la multitud.
- Sesgo de atribución: atribuirse los méritos de los aciertos, pero culpar a factores externos de las pérdidas.
En su libro«Pensar rápido, pensar despacio», el autor Daniel Kahneman enumera otros sesgos cognitivos que suelen influir en el comportamiento humano. Estos son algunos que también podrían aplicarse al trading:
1. Aversión a las pérdidas
¿Alguna vez te has encontrado dudando o retirándote de lo que podría haber sido una buena operación solo porque estás deprimido durante una caída?
Como su nombre indica, la aversión a las pérdidas se activa cuando una persona prefiere evitar las pérdidas antes que obtener ganancias potenciales debido a los riesgos que ello conlleva.
Aunque hay cierto elemento de control de daños y autoconservación, también conviene recordar que, en el trading, ¡hay que arriesgar para ganar!
Para un operador que sufre pérdidas consecutivas, perder 100 $ puede resultar más doloroso que ganar 100 $ gratificante, lo que puede sesgar la toma de decisiones hacia un comportamiento excesivamente cauteloso.
2. Sesgo retrospectivo
Kahneman ilustra el sesgo retrospectivo cuando las personas creen que habrían predicho un resultado... después de que el evento ya haya ocurrido. En resumen, esto sucede cuando alguien dice «¡LO SABÍA!».
Este tipo de sesgo puede distorsionar el aprendizaje de las experiencias pasadas, ya que crea una ilusión de previsibilidad, lo que lleva a un exceso de confianza en la «previsión» de uno mismo, en lugar de identificar las lecciones aprendidas o lo que se podría haber mejorado en el análisis.
3. Sesgo de anclaje
Este sesgo está relacionado en cierta medida con el sesgo de recencia y confirmación, en el que las personas se basan demasiado en una información, en este caso la primera que encuentran (también conocida como «ancla»), a la hora de tomar decisiones.
Por ejemplo, ver una etiqueta con el precio de 1000 dólares en unas zapatillas deportivas podría llevar a una visión inflada de su valor, pensando que un descuento del 20 % en la oferta es una buena ganga.
En el trading, el sesgo de anclaje puede producirse cuando se filtra información que influye en las expectativas sobre un evento concreto, lo que incluso lleva a algunos a ignorar datos más pertinentes publicados posteriormente.
4. Heurística de disponibilidad
Se refiere a la evaluación que hacen las personas de la probabilidad de que se produzcan determinados acontecimientos basándose en la facilidad con la que les vienen a la mente ejemplos, de forma similar a como las pruebas anecdóticas pueden respaldar o negar creencias con más fuerza que la investigación real.
A su vez, esto podría llevar a sobreestimar la frecuencia de acontecimientos drásticos (por ejemplo, accidentes aéreos o ataques de tiburones), aunque ocurran con menos frecuencia que otros riesgos (por ejemplo, accidentes de tráfico) que son menos sensacionales o memorables.
En el comercio, la heurística de disponibilidad entra en juego cuando los inversores reaccionan a noticias recientes o tendencias del mercado que son vívidas o dramáticas (por ejemplo, caídas del mercado, pérdidas importantes de beneficios), lo que puede llevar a un comportamiento impulsivo o a descuidar una gestión adecuada del riesgo.
Ser consciente de estos sesgos cognitivos puede ayudarte a evitar tomar decisiones de trading poco informadas basadas en opiniones distorsionadas. Reconocer que puede haber un sesgo en juego puede mejorar tu objetividad a la hora de tomar decisiones más racionales.