This article has been translated from English to Spanish.
AML, acrónimo de«anti-money laundering» (lucha contra el blanqueo de capitales), es un conjunto de normas, reglamentos, leyes financieras, estrategias y buenas prácticas que utilizan las instituciones financieras y las empresas (como los intercambios de criptomonedas y los bancos) para impedir que los delincuentes blanqueen divisas obtenidas ilegalmente.
Para ello, detectan e identifican actividades transaccionales sospechosas en la cadena de bloques o dentro de la red bancaria que intentan convertir monedas obtenidas ilegalmente en otra moneda.
Esto se hace principalmente convirtiendo las criptomonedas en dinero fiduciario y transfiriendo las divisas a diferentes monederos y cuentas con la esperanza de ocultar la verdadera identidad del propietario.
Las políticas AML han cobrado cada vez más importancia a medida que las criptomonedas se han vuelto más atractivas para los delincuentes.
Los delincuentes se sienten atraídos por las criptomonedas y otros activos digitales debido a su carácter seudónimo y a la facilidad con la que se pueden enviar y recibir fondos prácticamente a cualquier parte del mundo, mucho más rápido que con los métodos tradicionales de transferencia de dinero.
Se estima que en 2020 se blanquearon más de 2000 millones de dólares estadounidenses a través de intercambios de criptomonedas.